Ahora se entiende el porqué no mejora la educación peruana con tan solo implementar los colegios con medios tecnológicos y la capacitación del uso de estos. Se necesita algo más: comprender los procesos de relación compleja entre los artefactos (soportes tecnológicos), agentes (alumnos, docentes) y estructuras sociales (nivel socio-económico, capacidad lógica de cada agente, entre otras) del sistema educativo.

El licenciado Pablo Enrique Quiroga, U. Nacional de La Plata, escribe su análisis llamado "De nativos, inmigrantes digitales y la brecha digital: Una revisión crítica al abordaje de educación/tecnología" donde critica la manera en la sociedad acepta y  orienta su sistema educativo a la investigación "Nativos digitales, inmigrantes digitales" de Marc Prensky. 

Prensky caracteriza a los gentes de la educación: alumnos y maestros. Los diferencia a partir de su año de nacimiento o generación y el dominio de ciertas tecnologías. Desde mi punto de vista, esta caracterización es real, pero no es la única por la que un sistema educativo no progresa.

Como Quiroga también enfatiza, existen otros factores que influyen más en cada agente, que el acceso o dominio de las tecnologías, como la desigualdad económica y socio-cultural, la lógica pedagógica tradicional y la base educativa orientada  a procesos políticos y económicos del Perú. 

El último ítem causal de la educación desigual es una verdad a voces en la población peruana. Los niños de colegios públicos aprenden con un nivel mucho más bajo que los de colegios provados, la educación nacional no está en el nivel de competitividad con la internacional. ¿A qué se debe? Posiblemente a muchos factores, pero unos de los principales son la errada orientación y conceptualización de "desarrollo educativo", queriendo seguir el ejemplo tecnicista, sin dar prioridad al conocimiento social y cultural. Una de las razones de este sistema sesgado son los intereses políticos y económicos del Gobierno, que más allá de buscar una igualdad a una educación de calidad, busca una población dominada a sus propios intereses.

Quiroga asevera que para reformular el sistema educativo debemos seguir el modelo de la "Ecología Simbólica", que desarrolla la interacción de las estructuras de la sociedad, determinando comportamientos y modos de representación, en dónde la tecnología opera como artefacto cultural, en correlación con un complejo ecosistema de soportes materiales disponibles".

Queda claro que la solución no es dar tecnología, ni enseñar a cómo manipularla, sino el crear la capacidad de comprender que la tecnología es un instrumento interactivo más para analizar una realidad social. Usándola para solucionar de manera más fácil los problemas sociales.